Nuestro sitio web utiliza cookies para mejorar y personalizar su experiencia y para mostrar anuncios (si los hay). Nuestro sitio web también puede incluir cookies de terceros como Google Adsense, Google Analytics, Youtube. Al usar el sitio web, usted consiente el uso de cookies. Hemos actualizado nuestra Política de Privacidad. Por favor, haga clic en el botón para consultar nuestra Política de Privacidad.

Autonomía de Ben & Jerry’s en entredicho por Unilever

https://media.biobiochile.cl/wp-content/uploads/2025/03/unilever.jpg

La famosa empresa de helados Ben & Jerry’s ha interpuesto una demanda contra su empresa madre, Unilever, tras lo que consideran una destitución sin justificación de su CEO, Matthew McCarthy. Ben & Jerry’s afirma que esta acción fue una respuesta directa a las posturas activistas y proyectos sociales promovidos por McCarthy durante su gestión. Este conflicto interno evidencia las tensiones entre los principios progresistas que han caracterizado a Ben & Jerry’s y los objetivos corporativos de Unilever, una de las compañías multinacionales de productos de consumo más grandes del mundo.

Fundada en 1978 en Vermont, Estados Unidos, Ben & Jerry’s se destaca no solo por sus helados, sino también por su dedicación a causas sociales como la lucha contra la discriminación racial, el cambio climático y la promoción de los derechos humanos. Desde que fue adquirida por Unilever en el año 2000, la marca ha funcionado bajo un acuerdo que garantiza cierta independencia en decisiones vinculadas a su misión social. No obstante, la destitución de McCarthy ha levantado interrogantes sobre el respeto a esa autonomía.

Ben & Jerry’s, fundada en 1978 en Vermont, Estados Unidos, no es solo reconocida por sus helados, sino también por su compromiso con causas sociales como la lucha contra la injusticia racial, el cambio climático y la defensa de los derechos humanos. Desde su adquisición por Unilever en el año 2000, la marca ha operado bajo un acuerdo que preserva cierto grado de autonomía en la toma de decisiones relacionadas con su misión social. Sin embargo, el despido de McCarthy ha generado dudas sobre si esa autonomía está siendo respetada.

La destitución de McCarthy ocurre en un momento complicado para Unilever, que ha sido objeto de críticas por parte de inversores y analistas debido a lo que perciben como un desvío de su enfoque en metas financieras, centrándose cada vez más en temas sociales y ambientales. Algunos en la empresa matriz consideran que las posiciones activistas de Ben & Jerry’s podrían representar un riesgo para la marca y el negocio global de Unilever, mientras que otros sostienen que los valores de la marca son lo que la hacen única y deseable para sus consumidores.

El despido de McCarthy llega en un momento delicado para Unilever, que ha enfrentado críticas de inversores y analistas por lo que consideran una falta de enfoque en sus objetivos financieros frente a su creciente énfasis en cuestiones sociales y ambientales. Algunos sectores de la empresa matriz ven las posturas activistas de Ben & Jerry’s como un riesgo para la marca y el negocio global de Unilever, mientras otros defienden que los valores de la marca son precisamente lo que la hace única y atractiva para sus consumidores.

Unilever, por su lado, ha justificado su decisión alegando que el cambio en la dirección de Ben & Jerry’s forma parte de una estrategia corporativa más grande y no está ligado a las opiniones activistas de McCarthy. «Reconocemos y apreciamos el legado de impacto social de Ben & Jerry’s, pero también es nuestra obligación asegurar que la marca esté en sintonía con nuestros objetivos globales y operacionales», declaró un portavoz de Unilever.

Este conflicto legal pone de relieve la creciente tensión entre las empresas que intentan balancear el activismo social con los intereses de los accionistas. En un entorno donde los consumidores demandan cada vez más que las marcas tomen posturas definidas respecto a los problemas sociales, el caso de Ben & Jerry’s y Unilever podría establecer un precedente significativo sobre los límites de la autonomía corporativa en compañías con un fuerte compromiso social.

La destitución de McCarthy ha provocado la reacción de activistas, clientes y organizaciones de derechos humanos, quienes han mostrado su respaldo a Ben & Jerry’s. Muchos perciben este conflicto como un ejemplo del dilema que enfrentan las empresas progresistas al operar bajo el control de grandes conglomerados multinacionales. «Ben & Jerry’s ha sido un ejemplo de empresa que integra negocios con valores. Interferir en su autonomía es un error que podría perjudicar tanto a la marca como a los consumidores que confían en ella», afirmó un representante de una organización de justicia social que ha colaborado con la marca.

El despido de McCarthy también ha generado reacciones entre activistas, clientes y organizaciones de derechos humanos que han expresado su apoyo a Ben & Jerry’s. Muchos ven este conflicto como un ejemplo del dilema que enfrentan las empresas progresistas al operar bajo el paraguas de grandes conglomerados multinacionales. «Ben & Jerry’s ha sido un modelo de empresa que combina negocios con valores. Interferir en su autonomía es un error que podría dañar tanto a la marca como a los consumidores que confían en ella», señaló un representante de una organización de justicia social que ha trabajado con la marca.

En paralelo al enfrentamiento legal, el caso también plantea preguntas sobre el futuro de Ben & Jerry’s dentro de Unilever. Aunque la marca ha sido una de las más rentables y reconocibles del conglomerado, la controversia podría erosionar la relación entre ambas partes. Algunos analistas incluso especulan sobre la posibilidad de que Unilever considere vender la marca si las tensiones continúan escalando.

Mientras tanto, el resultado de esta querella será clave para definir no solo el futuro de Ben & Jerry’s, sino también la relación entre activismo corporativo y control empresarial en un entorno donde las empresas enfrentan crecientes presiones para posicionarse frente a los problemas sociales. Para los seguidores de la marca, el desenlace será un indicador de si Ben & Jerry’s puede seguir siendo fiel a sus valores progresistas o si estos serán gradualmente subordinados a los intereses financieros de su matriz.

A medida que el caso avance, quedará por ver si Unilever y Ben & Jerry’s logran encontrar un equilibrio que preserve la esencia de la marca sin comprometer los objetivos corporativos de la multinacional. Por ahora, este conflicto pone de manifiesto las complejidades de combinar activismo social con estrategias empresariales en un mercado global cada vez más exigente.

Por Otilia Adame Luevano

También te puede gustar