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BCN informa que la actividad económica de Nicaragua subió un 3,3 % en mayo

La economía de Nicaragua mostró señales de dinamismo durante el mes de mayo al registrar un crecimiento interanual del 3.3 %, según cifras divulgadas por el banco emisor del país. Este desempeño positivo fue impulsado principalmente por el comportamiento favorable de sectores claves como el comercio, la industria manufacturera, los servicios financieros, el transporte, el alojamiento y la hostelería, así como las actividades agropecuarias y pesqueras.

Según el reporte sobre el desarrollo económico, el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) ha seguido una trayectoria de incremento suave, consolidándose como uno de los métodos clave para medir el pulso de la economía del país. La cifra acumulada del IMAE durante los primeros cinco meses del año fue del 3.3 %, indicando una estabilidad relativa en el rendimiento económico global.

En el examen por sectores, el comercio se destacó como uno de los motores principales, debido a un aumento en el consumo interno y al incremento de las importaciones de productos de consumo. La industria manufacturera, a su vez, presentó un rendimiento positivo como resultado de la producción de alimentos, bebidas y textiles, categorías que han sido históricamente esenciales para la economía nacional.

Asimismo, los servicios financieros y de seguros registraron un crecimiento sostenido, impulsado por un mayor dinamismo en la colocación de créditos, especialmente en los segmentos de consumo y microcréditos. El transporte y el almacenamiento también reflejaron una mejora, atribuida a un mayor movimiento de mercancías y pasajeros, tanto en rutas nacionales como internacionales.

Uno de los aspectos destacados fue la recuperación del turismo, evidenciado por el incremento en los servicios de alojamiento y restaurantes. Aunque aún no se han alcanzado los niveles previos a la pandemia, la llegada de visitantes extranjeros y el turismo interno continúan fortaleciendo este sector.

Las actividades agropecuarias presentaron una evolución positiva, con incrementos en la producción de granos básicos, hortalizas y productos pecuarios. En el sector pesquero, se observó una mayor captura de especies destinadas a la exportación, lo que contribuyó a la generación de divisas para el país.

En relación a los sectores que experimentaron pérdidas, se informaron descensos en la industria de la construcción, la extracción de minas y canteras, así como en los servicios estatales. Especialmente preocupante ha sido la caída en la construcción, ya que este sector habitualmente tiene un impacto multiplicador importante en la economía. Las causas de esta contracción abarcan una reducción en la inversión estatal en infraestructura y una ralentización en los proyectos de desarrollo urbano privados.

Aunque se enfrentan a estos retos, las autoridades económicas han conservado su perspectiva positiva para el final del año, pronosticando un incremento que podría variar entre el 3.5 % y el 4 %, en función de cómo se comporten factores externos como los precios internacionales de las materias primas, las condiciones del clima y la situación de los mercados financieros a nivel mundial.

Además, se han identificado algunas amenazas potenciales que podrían afectar el ritmo de expansión económica. Entre ellas, destacan las restricciones en los flujos de inversión extranjera directa, el impacto de las sanciones internacionales sobre sectores específicos y la informalidad persistente en el mercado laboral, que limita la generación de empleos de calidad y el acceso a la seguridad social.

El avance observado durante mayo también se presenta dentro de un escenario político y social complicado, donde las tensiones con ciertos actores internacionales se han agudizado. Sin embargo, el gobierno ha resaltado estos logros como evidencia de la «resiliencia» de la economía del país y ha reafirmado su compromiso con la estabilidad macroeconómica, el control de la inflación y el mejoramiento de los indicadores sociales.

En ese sentido, se han anunciado planes para ampliar los programas de apoyo a la producción agrícola, facilitar el acceso al crédito para pequeñas y medianas empresas, y promover la inversión en infraestructura productiva, con el objetivo de sostener el crecimiento en los próximos meses.

Con estos datos, Nicaragua continúa con un ritmo de expansión moderado en un contexto internacional complicado, con la esperanza de seguir fortaleciendo su recuperación económica durante la segunda mitad del año.

Por Otilia Adame Luevano

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