La exlíder de Nicaragua, Violeta Barrios de Chamorro, fue recordada con un conmovedor homenaje póstumo en San José, Costa Rica, lugar donde murió a los 95 años. La exgobernante, quien estuvo al mando de Nicaragua desde 1990 hasta 1997, fue honrada en una ceremonia religiosa que congregó a familiares, amigos, nicaragüenses exiliados y personalidades políticas de la región. Su legado como la primera mujer en ser elegida presidenta directamente en América Latina fue el tema principal de un evento lleno de recuerdos y reconocimiento a su carrera.
Una despedida con símbolos de patria y legado político
La urna funeraria estuvo cubierta con la bandera de Nicaragua y acompañada por la banda presidencial y el bastón que distinguieron a Barrios de Chamorro durante su mandato. Estos elementos representaron no solo su papel como jefa de Estado, sino también el impacto histórico de su victoria electoral en 1990 como candidata de la Unión Nacional Opositora (UNO), en un contexto de transición política tras años de conflicto interno.
La celebración se realizó en el templo Votivo del Corazón de Jesús, ubicado en el vecindario Francisco Peralta de San José. Allí, varias decenas de nicaragüenses exiliados se congregaron para honrar a una figura vista como un emblema de paz, equidad y optimismo. Entre los presentes se encontraban los exmandatarios costarricenses Óscar Arias y Luis Guillermo Solís, que asistieron al evento para reconocer su impacto en la región.
Expresiones de sus hijos y el compromiso con Nicaragua
Sus hijos, Cristiana y Carlos F. Chamorro, resaltaron la importancia del legado político y humano de su madre. Carlos Chamorro expresó el compromiso de llevar sus restos a Nicaragua en un futuro, cuando existan condiciones de libertad y democracia. Subrayó además que el ideario de la expresidenta fue construir una república sin venganza, pero con justicia, como base para la reconciliación del país.
En relación a esto, Cristiana Chamorro evocó la defensa incesante de su madre por la democracia y la libertad, subrayando la importancia de pelear por estos ideales cuando se encuentran amenazados y salvaguardarlos allí donde aún prevalecen. Ambos enfatizaron que su modelo de amor, dedicación y compromiso servirá de orientación para las futuras generaciones de nicaragüenses.
Involucración de la comunidad en el exilio
El tributo se convirtió en un espacio para demostrar consideración por agrupaciones de la diáspora nicaragüense en Costa Rica. Integrantes de colectivos como Nicaragua Nunca Más resaltaron que su legado debe motivar caminos hacia la verdad, justicia y reconciliación. Los participantes estuvieron de acuerdo en que el adiós final a Barrios de Chamorro refuerza la ilusión de una Nicaragua democrática y libre, meta por la cual muchos ciudadanos continúan esforzándose lejos de su país.
Tributos culturales y religiosos
La ceremonia fue oficiada por el sacerdote nicaragüense Rafael Aragón, también exiliado, y estuvo acompañada por expresiones culturales que exaltaron la vida y obra de la exmandataria. El cantautor Luis Enrique Mejía Godoy interpretó un tema en su honor, “Mujer de Carne y Hueso”, además de fragmentos de la emblemática canción “Nicaragua, Nicaragüita”, en medio de la emoción de los presentes. El tributo musical selló un acto donde lo religioso, lo político y lo cultural se unieron para enaltecer su memoria.
Un legado que cruza fronteras
Violeta Barrios de Chamorro ha dejado un impacto profundo en la historia de Nicaragua y la región. No solo marca un precedente al convertirse en la primera mujer en ser electa presidenta en América Latina, sino que también es un emblema de cambio pacífico y reconciliación nacional. El homenaje llevado a cabo en Costa Rica no fue solo una despedida, sino también una confirmación de sus ideales, los cuales siguen motivando a aquellos que anhelan una nación con paz, justicia y democracia.