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Jueza estadounidense revisará el 29 de julio solicitud para bloquear salida de beneficiarios de TPS

Una jueza federal en Estados Unidos revisará el próximo 29 de julio una solicitud de emergencia que busca frenar la salida de miles de personas amparadas bajo el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), en medio de una creciente preocupación por la posible cancelación de este programa para ciertas nacionalidades. La audiencia será clave para determinar si se concede una medida cautelar que impida, al menos temporalmente, que las autoridades migratorias procedan con la remoción de quienes se encuentran actualmente protegidos por este mecanismo humanitario.

El TPS fue instaurado por las autoridades de Estados Unidos para brindar protección temporal a individuos que provienen de naciones impactadas por guerras, catástrofes naturales u otras circunstancias excepcionales que hacen inseguro su regreso. Desde su implementación, ha posibilitado que miles de personas de países como El Salvador, Honduras, Nicaragua y Haití se queden legalmente en los EE.UU. y tengan la oportunidad de trabajar, mientras sus países de origen enfrentan crisis estructurales.

La petición que se revisará a finales de julio está relacionada con un juicio en progreso que desafía la decisión de las entidades federales de terminar el TPS para diversos países. Los acusadores argumentan que la eliminación del programa fue motivada por razones políticas, sin considerar adecuadamente las circunstancias que justificaron su creación. Por esta razón, han pedido al tribunal que detenga cualquier medida de expulsión mientras el asunto no sea completamente resuelto.

Miles de familias migrantes viven con incertidumbre ante la posibilidad de que sus permisos sean cancelados y deban abandonar Estados Unidos, país donde muchos han residido durante décadas, han formado hogares, criado hijos nacidos allí, y establecido lazos comunitarios y laborales profundos. La audiencia del 29 de julio podría marcar un punto de inflexión, ya que de concederse la medida cautelar solicitada, los beneficiarios del TPS mantendrían sus derechos migratorios vigentes mientras se resuelve el fondo del litigio.

El equipo legal que promueve el recurso señala que el fin repentino del programa podría comprometer la seguridad y estabilidad de miles de individuos, quienes se encuentran en situaciones de violencia, represión o problemas humanitarios en sus naciones de origen. Además, subrayan que muchas de estas personas ocupan empleos cruciales en áreas como la salud, la agricultura, la construcción y los servicios, lo que significa que su expulsión afectaría negativamente a comunidades enteras.

Organizaciones de derechos civiles, grupos que apoyan a inmigrantes, sindicatos y asociaciones comunitarias han manifestado su apoyo a los beneficiarios del TPS, argumentando que su estancia en el país es no solo un asunto de justicia humanitaria, sino también de ventaja económica y social. Las iniciativas de respaldo se han incrementado recientemente, con pedidos al gobierno y al Congreso para que se implementen soluciones permanentes, incluyendo la opción de conceder residencia permanente a aquellos que han residido durante años bajo este estatus.

Hoy en día, aunque ciertas extensiones han sido concedidas administrativamente, el futuro del programa sigue siendo incierto. La resolución legal que se determine a finales de este mes podría frenar o agilizar los procesos de deportación que impactarían a familias completas. Si no se otorga la medida de suspensión, miles de individuos enfrentarían órdenes de salida en un tiempo relativamente breve.

El debate sobre el TPS también se ha trasladado al terreno político, donde algunos sectores defienden la necesidad de reformas migratorias amplias y duraderas, mientras otros insisten en reforzar las políticas de control fronterizo. Mientras tanto, los beneficiarios del programa siguen cumpliendo con sus obligaciones legales, esperando que el sistema judicial les brinde una nueva oportunidad para permanecer en el país al que ya consideran su hogar.

La audiencia del 29 de julio será observada de cerca por las comunidades migrantes, organizaciones defensoras y líderes políticos, ya que el fallo podría sentar un precedente clave sobre el futuro del Estatus de Protección Temporal y sus miles de beneficiarios.

Por Otilia Adame Luevano

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