En Nicaragua, se observa una fuerte presencia policial alrededor de la casa y oficinas de Bayardo Arce, conocido asesor económico gubernamental, marcando un hecho poco común que ha despertado rumores sobre posibles conflictos en el entorno íntimo del poder. Desde hace días, se ha informado que vehículos policiales permanecen constantemente cerca de las propiedades vinculadas al asesor, junto con un notable incremento en la actividad de agentes en el área.
Bayardo Arce, una figura con larga trayectoria en la política nicaragüense, ha sido uno de los principales estrategas económicos del Ejecutivo desde el regreso al poder del actual mandatario en 2007. Su papel ha sido clave en el diseño y sostenimiento de la política económica del país, particularmente en momentos de crisis. Sin embargo, la vigilancia policial sin una explicación oficial ha despertado diversas interpretaciones en el ámbito político y social.
Individuos próximos al círculo del consejero han manifestado perplejidad ante el escenario, aunque no han proporcionado declaraciones públicas que aseguren alguna medida legal en su contra. No se ha comunicado sobre un proceso judicial en curso ni sobre imputaciones formales. Hasta el momento, se desconoce si Arce ha sido convocado por las autoridades, o si está en su domicilio habitual.
En el contexto político nacional, dichas operaciones se han usado frecuentemente como herramientas de coerción o señal dentro del ámbito del dominio estatal sobre ex aliados o personajes con poder que, por alguna causa, pierden favor. Expertos creen que esta circunstancia podría derivarse de disputas internas en el partido gobernante, especialmente respecto a recientes resoluciones económicas o tácticas de obtención de recursos del exterior, en un ambiente caracterizado por sanciones globales, escasa inversión del extranjero y un empeoramiento continuo de la situación económica.
La falta de comunicación formal ha aumentado la sensación de incertidumbre. Las autoridades no han brindado ninguna declaración sobre la supervisión del asesor, y los canales oficiales no han mencionado el asunto. Este silencio ha dado lugar a especulaciones sobre un posible alejamiento entre Arce y ciertos grupos de poder, aunque no existe evidencia pública que respalde una ruptura evidente.
El consultor ha adoptado un perfil más reservado en tiempos recientes, lo cual es diferente de su frecuente visibilidad como representante económico en conferencias y medios. Su ausencia de comentarios durante instantes cruciales de la política económica del país, como las últimas reformas impositivas y las conversaciones con nuevos aliados comerciales, ha llamado la atención de analistas locales, quienes ahora lo asocian con el actual asunto de supervisión.
Este panorama también se sitúa dentro de un contexto más extenso de tensión y dominio político ejercido por la administración sobre empleados, exmiembros y figuras históricas del sandinismo que, a lo largo del tiempo, han sido removidas o relegadas. En años recientes, varios antiguos colaboradores del Ejecutivo han enfrentado investigaciones, arrestos domiciliarios o exilio tras manifestar desacuerdos o perder peso dentro de la estructura gubernamental.
Diversas organizaciones defensoras de derechos humanos han advertido que este patrón responde a una lógica de concentración de poder y eliminación de cualquier disidencia, incluso dentro de las filas del propio oficialismo. La vigilancia a Arce sería, según algunos expertos, una señal más de que el margen para la pluralidad de voces dentro del bloque gobernante se ha reducido considerablemente.
Mientras tanto, la economía del país enfrenta importantes desafíos, como la caída del crédito internacional, el estancamiento del crecimiento y el aumento del desempleo informal. En este escenario, cualquier movimiento en la cúpula de decisión económica puede tener repercusiones significativas.
El foco actualmente está en las decisiones futuras del gobierno: si se confirma la separación con el asesor, si se oficializa alguna medida judicial o si, contrariamente, es un breve episodio de tensión interna. Lo innegable es que el seguimiento constante sobre Bayardo Arce ha revelado nuevas grietas en una estructura de poder que, hasta hace poco, era percibida como inquebrantable.